La honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que pensamos y actuamos. Podemos entender como actitudes deshonestas la hipocresía, que es fingir algo que no eres; el mentir continuamente, el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los papás, el no guardar secretos, no cumplir con nuestra palabra o con nuestros compromisos.
Ser una persona deshonesta puede llegar a romper amistades; y si una persona miente constantemente o inventa cosas de los demás o de sí misma, la convivencia se hace imposible, porque no puedes confiar en ella.
Para ser honesto hay que ser sinceros en todo lo que decimos y sintamos. Ser fieles a las promesas que hacemos y no inventar cosas para que no nos regañen. Vivir la honestidad con los demás, evitar malos entendidos entre las personas que conocemos. También implica no hablar de quienes que no están presentes, devolver las cosas que nos prestan y no tomar cosas sin pedirlas prestadas.
Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y buscando la manera de superarlos con acciones que nos lleven a ser mejores personas. Si lo logramos, nuestros amigos y amigas nos respetarán y nos tendrán más cariño.
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